Un encuentro entre dos, un abrazo, el sentir al otro, la comunicación sin palabra, el sentir del tiempo inmerso en un mundo creado entre dos. Un soporte mutuo. Un tiempo que se expande y se detiene como si nunca fuera a acabarse.
Una transformación, un cambio. Partes empiezan a caer, otras a sujetar. Ese instante se olvida y salen a la luz las diferencias; los polos opuestos, la fragilidad y la fuerza; el dejarse caer y el deseo por el control. El equilibrio y la inestabilidad. La verdadera naturaleza humana.